Los rencores y discusiones latentes desde hace mucho tiempo sobre la mejor manera de luchar contra Hamás han deteriorado las relaciones entre quienes tomaban las decisiones en tiempos de guerra en Israel: el primer ministro Benjamín Netanyahu, el ministro de Defensa Yoav Gallant y el exjefe del ejército israelí, Benny Gantz. Los tres hombres están en desacuerdo sobre las decisiones más importantes que deben tomar: cómo lanzar una ofensiva militar decisiva, liberar a los rehenes de Israel y gobernar la franja de posguerra. Ahora, también deben tomar una de las decisiones más importantes que jamás haya enfrentado el país: cómo responder al primer ataque directo de Irán contra territorio israelí. Su lucha de poder podría afectar si el conflicto de Gaza se convierte en una lucha regional más grande con Irán que transforma el orden geopolítico de Medio Oriente y moldea las relaciones de Israel con Estados Unidos durante décadas. “La falta de confianza entre estas tres personas es tan clara y tan significativa, ”, dijo Giora Eiland, ex general israelí y asesor de seguridad nacional. Netanyahu, el primer ministro con más años de servicio en el país, intenta cada vez más dirigir la guerra de Gaza por sí mismo, mientras que se considera que Gallant y Gantz están tratando de excluir a Netanyahu de las decisiones. Gantz, el general que dirigió la última gran guerra de Israel…
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¿Debería la historia personal entre líderes afectar sus decisiones en tiempos de guerra, o deberían encontrar una manera de superar sus diferencias?
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¿Cómo manejaría una situación en la que necesitara trabajar estrechamente con alguien con quien no está de acuerdo por una causa importante?
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¿Cree que las diferencias personales deberían dejarse de lado por el bien común en tiempos de emergencia nacional? ¿Por qué o por qué no?